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Revista del Camionero
Gremio
C
asi la mitad de las alzas de
los tags en las autopistas
urbanas de Santiago
corresponden a la aplicación del
llamado “cargo fijo” de 3,5%
que las concesionarias cobran
además del IPC. Así lo demuestra
el análisis de los 3 últimos años
que hizo el departamento
de Estudios de la CNDC, que
estableció que del alza de 22,1%
de los tags sumados entre 2015
y 2017, el 10,5% obedece a
los tags. Para este año 2017
el aumento tarifario total es
de 6,5%, de cuyo total el 3%
obedece a IPC y el resto a cargo
fijo. Es decir, hoy los usuarios
pagan más por este concepto
que por la inflación acumulada.
El cargo fijo es de 3,5% anual y
se cobra en forma invariable. En
realidad es un beneficio para las
concesionarias y fue puesto en
práctica a principios de la década
anterior, cuando el gobierno
licitó la construcción de vías
expresas o autopistas urbanas.
Para incentivar a los consorcios
a invertir en vialidad pública, se
incluyó una cláusula que autorizó
cobrar 3,5% para compensar
flujos menores a una media
estimada entonces. Pero con el
tiempo, los flujos aumentaron
y se superó claramente las
expectativas.
El sentir mayoritario es que cada
vez es menos explicable aplicar
el cobro. Pero hoy, cuando las
autopistas no necesitan subsidios
y gozan de altos flujos, incluso
con
severas
congestiones
en horas punta, mantienen
inalterable algo que se ha
transformado en una mochila
cada vez más pesada para los
usuarios, especialmente los
camioneros que pagan elevados
peajes por circular en estas vías.
Cabe precisar que las autopistas
no están obligadas a facturar a
sus clientes la totalidad del cargo
fijo; más bien la ley las autoriza a
hacerlo, pero pueden no cobrarlo
o sólo una parte.
La pesada mochila del
“cargo fijo” que imponen las
autopistas urbanas